La Solidaridad, forma parte de nuestro ADN como cristianos y como Maristas de Champagnat. No es un añadido a nuestro carisma. Nuestro deseo y nuestro trabajo en favor de los más desfavorecidos, especialmente niños y jóvenes, nace en Jesucristo y se concreta en la respuesta que Marcelino da a las necesidades de su tiempo. San Marcelino se preocupaba por los pobres, los huérfanos, los ancianos, los desatendidos, los que no tenían educación.
Son diversas las iniciativas que emprendía junto con los primeros hermanos, para responder a las urgencias y realidades como buenos samaritanos, de él tomamos el ejemplo de apoyar las campañas que hoy en día la obra marista realiza.
Ser solidario es sinónimo de apoyo, respaldo, ayuda, protección, que cuando persigue una causa justa cambia el mundo, lo hace mejor, más habitable y más digno. Ser solidario marista es participar y colaborar con aquellos que sueñan, como nosotros, con un mundo más justo y más humano.
Santo Domingo-Ecuador
Maristas de Champagnat